FORO REFLEXIVO
martes, 1 de mayo de 2018
domingo, 7 de diciembre de 2014
EL
MUNDO ÁRABE TEME LA EXPANSIÓN SAFAVID
En
una entrevista con Al-Jazeera, el pasado mayo, el comandante del Ejército Libre
de Siria, Brig. El general Salim Idris, ha explicado que la desviación de
las fuerzas de Hezbolá desde el Líbano a Siria para tomar parte en la guerra
civil fue parte de un plan "Safavid" para la región de Oriente Medio.
En
enero pasado, un artículo en el diario libanés influyente As-Safir acusado de
Irak chiíta primer ministro Nouri al-Maliki de recibir ayuda de sus
"aliados Safavid." Después de la poderosa líder sunita musulmana, el
jeque Yusuf al-Qaradawi, condenó a Irán por su acciones en Siria, la Asociación
de Ulemas Musulmanes del Líbano advirtió que los árabes sunitas se enfrentan
"el proyecto Safawi difusión."
De
hecho, durante la última década, el término "Safavid" se ha
convertido en una palabra despectiva común entre los líderes árabes para los
iraníes. Periodista estadounidense Bob Woodward describe un duro
intercambio diplomático en uno de sus libros entre el rey Abdullah de Arabia
Saudita y un alto funcionario EE.UU. sobre la guerra de Iraq de 2003, en la que
el líder saudí dice: "Ustedes han permitido a los persas, los safávidas,
para hacerse cargo de Irak. "Al utilizar el término Safavid, los líderes
árabes estaban haciendo referencia al imperio Safavid e imputación motivaciones
hegemónicas al actual gobierno iraní, lo que sugiere que Irán está tratando de
restablecer las antiguas fronteras imperiales de su país.
¿Quiénes
eran los safávidas y en qué territorios no se descarta? El Imperio
Safávida se basa en Irán y existió entre 1501 y 1722. Su fundador, el Shah
Ismail, hizo chiíta del Islam la religión oficial de Irán y que libró guerras
contra el estado sunita en el momento, el Imperio Otomano. En su apogeo,
el Imperio Safávida extendió su dominio más allá de las fronteras actuales de
Irán en grandes partes de Afganistán, Pakistán y Turkemanistan, en el este y
cubre la mitad de Iraq, incluyendo Bagdad y las ciudades santas chiítas de
Najaf y Kerbala, junto con la más oriental parte de Siria en el oeste.
Los
primeros líderes Safavid importados líderes chiítas del sur del Líbano para
ayudar a la propagación del Islam chiíta en Persia. Así, las relaciones
entre Irán y el Líbano se remonta al menos al siglo 16. En el sur, el
Imperio Safávida llegó a la costa árabe del Golfo Pérsico, mientras que en el
norte, que incluía lo que hoy Azerbaiyán y Armenia. Los líderes iraníes
hoy no ha reclamado formalmente las fronteras del Imperio Safávida, pero
ciertamente hecho declaraciones que sugieren que reflejan parte de sus
aspiraciones nacionales.
Por
ejemplo, Hossein Shariatmadari sirvió como portavoz no oficial para el líder
supremo ayatolá Ali Khamenei de Irán, así como el editor del diario conservador
iraní, Kayhan. En julio de 2007, escribió un artículo de opinión diciendo
que los estados árabes del Golfo se establecieron como resultado de la
intervención de Occidente. Insistió en que los pueblos árabes en la
península arábiga no participaron en la elección de sus gobiernos. Luego
dijo específicamente que Bahrein es parte del territorio iraní.En 2009, Ali
Akbar Nateq Nouri, quien fue candidato a la presidencia de Jamenei en 1997, sin
rodeos llamado "provincia decimocuarta." De Bahrein Irán
Un
miembro de la Comisión del Parlamento iraní de Seguridad Nacional y Política
Exterior respaldado la declaración de Shariatmadari y recordó a los Estados
árabes que "la mayoría de ellos eran una vez parte del territorio
iraní." Más recientemente otro asociado Jamenei llama de Siria a Irán
"provincia 35." No fue sorprendente cuando Internet WikiLeaks sitio
whistle-blower descubrieron un alto oficial de Omán, que trabajaba para Sultan
Qaboos, decirle a un colega americano que visitaba en 2008 que el régimen de
Teherán fue motivada por una "ideología expansionista iraní".
Después
de asumir el cargo, el ayatolá Ali Jamenei, mediante justificación para el
activismo iraní que amenazaba a los estados árabes. Según ha explicado a
la Ressalat diario iraní en 1991, la Estrategia de Seguridad Nacional de Irán,
no se basa sólo en la preservación de la integridad del Estado iraní, sino más
bien en la "expansión" - se utiliza el término "estopa", en
árabe. Esta visión del mundo se puso de manifiesto en las declaraciones de
algunos de los más importantes oficiales de alto rango de Irán. El general
Qassem Suleimani, el comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria
Islámica Cuerpo declaró en el año 2012 con respecto al Líbano e Irak:
"Estas regiones son una manera u otra sujeta al control de la República
Islámica de Irán y sus ideas." Suleimani reporta directamente a Jamenei y
estaba designado para coordinar todas las actividades militares iraníes en
Siria contra Israel.
En
la diplomacia, una distinción fundamental se suele fijar entre estatus quo
estados que están satisfechos con la extensión de su territorio y no tratan de
modificar sus fronteras y lucha contra el status quo estados que aspiran a
ejercer influencia sobre sus vecinos y, finalmente, tomar el control de sus
territorios . Al llamar a los iraníes "Safavids", la parte árabe
está expresando su opinión de que Irán es un estado anti-status quo, que quiere
las partes de Irak, donde los safávidas gobernaron una vez, así como los
territorios de muchos de los estados árabes del Golfo.
Esta
discusión es relevante para el debate en Occidente sobre las consecuencias de
un Irán nuclear. El mes pasado, un analista iraní-estadounidense de la
RAND Corporation, Alireza Nader, escribió en la prestigiosa revista
estadounidense Foreign Policy su opinión de que Irán sólo busca armas nucleares
para la disuasión. El propósito de una bomba iraní es, pues, la defensiva,
todo Irán busca es evitar que el Occidente de llevar a cabo un cambio de
régimen en contra de su liderazgo islamista. Él retrata claramente a Irán
como un estado de status quo que no va a derrocar a los regímenes de sus
vecinos árabes. Este trabajo se adapta bien a la nueva tendencia en
Washington de recomendar que la administración Obama que reconsidere la
política de contención, que se redujo en 2012 a favor de la política de
prevención.
Hay
otras opiniones que niegan estas sugerencias. Arabia Mayor Feisal
Abukshiem escribió un estudio excelente del año pasado para el Comando del
Ejército de EE.UU. y Estado Mayor que llegó a las conclusiones completamente
opuestas sobre las consecuencias de un Irán nuclear en el Oriente
Medio. Detalló cómo Irán utiliza los movimientos chiítas, algunos de cuyos
dirigentes estudiado en la ciudad iraní de Qom, a fin de promover asesinatos,
revueltas sectarias y terroristas en Bahrein, Kuwait y Arabia
Saudita. Señaló los casos del pasado intervención militar iraní en los
Emiratos Árabes Unidos, Líbano, Yemen y más recientemente en Siria. A
continuación, llegó a la conclusión de que "la posesión de armas nucleares
alentar a Irán a ampliar esos esfuerzos sin disuasión."
Un
arma nuclear en manos de un estado status-quo con una orientación defensiva es
una historia muy diferente a las armas nucleares en manos de un Estado que
quiere cambiar por completo el status quo internacional. Esto podría tener
consecuencias ofensivas. Si Irán realmente ve a sí misma como un estado
truncada que merece recuperar los territorios que una vez controlada en los
días del Imperio Safávida, a continuación, la disuasión de un Irán nuclear en
el futuro va a ser mucho más difícil de lo que muchos en Occidente se dan
cuenta de la actualidad.
Refugiados en distintas regiones del planeta * Néstor
Antonio Suleiman
El drama de los
refugiados en el mundo, víctimas de las persecuciones políticas, religiosas y
étnicas en distintos escenarios tanto en África como en Asia, se mixtura con el
problema de los inmigrantes caracterizados como “ilegales” que pretenden
ingresar en forma irregular a los países integrantes de la Comunidad Económica Europea.
Se trata de refugiados
económicos, producto de las políticas coloniales de despojo y expoliación
perpetradas por los países centrales, por las metrópolis coloniales responsables en todo segmento de la historia
de la situación paupérrima de los pueblos, sometidos a metodologías de cautiverio en el
plano político, económico y cultural.
Dramáticas noticias nos cuentan acerca de naufragios en regiones
cercanas a la isla italiana Lanpedusa. Accidentes
marítimos que traen como saldo la muerte o desaparición en el mar de centenares
de refugiados de origen africano, entre ellos muchos niños que acompañan a sus
familias en una travesía que tienen como puntos de partidas distintos sitios en
las costas de África.
A las peripecias de los
pobres refugiados que logran arribar a la isla italiana, hay que adjuntarle
otra catástrofe: enfrentarse a la justicia de ese país que los demanda atenta a la ley xenófoba Bossi Fini del 2002.
Una normativa cuyo autor es este “ilustre” y legítimo representante de los separatistas de la Liga
del Norte, y que hace mención al flujo interno
de los inmigrantes, con una la limitada permanencia en la península.
Muchos de estos
refugiados proceden de Eritrea o Libia,
antiguas colonias italianas en tiempos del duche Benito Mussolini. Naciones
esquilmadas por los mismos que hoy niegan el ingreso de esos sectores populares
empobrecidos.
Una situación parecida
ocurre con las poblaciones albanesas. A
partir de los años de la década del noventa, cuando el liberalismo se enquistó
en los países emergentes, el flujo poblacional desde los Balcanes no pudo ser
frenado. Un periplo les esperaba a
sectores de esa comunidad de escasos recursos, un recorrido que iniciaban en peligrosas
travesías a través del canal Otranto, tratando de arribar a Bari y otras ciudades de la península
itálica. Recordemos que Albania, también sufrió la ocupación de Italia en el
siglo XX.
La situación que viven
en Europa eritreos, africanos subsaharianos, turcos y otras nacionalidades,
marca el grado de cinismo y las prácticas de exclusión que portan gran parte de
las dirigencias que conducen el importante bloque regional de países.
Otras formas de exclusión y expulsión de
poblaciones
Pero
la tragedia de los refugiados no incumbe solo a los estados desarrollados. Una
mirada rápida nos orientada hacia
una población árabe que padece una situación desgraciada, mixturada con el
silencio de los foros internacionales.
Un caso emblemático lo constituye el
pueblo árabe saharaui, que desde hace más de cuatro décadas espera la
materialización de un referéndum, una salida soberana y democrática en el
devenir de una región que hoy está ocupada por el régimen monárquico marroquí.
Este escenario obliga a los habitantes
de la región del Sahara Occidental Ocupado a vivir excluidos y marginados. Las
mismas fuerzas que comenzaron a fijar los tentáculos neocoloniales en el
territorio a partir del año 1975, permanentemente expulsan a los autóctonos, presionando para
ejecutar una emigración hacia otros
espacios territoriales, para finalmente acrecentar los campamentos de
refugiados ubicados en Mauritania y Argelia. Las violaciones a los derechos humanos en
manos de las fuerzas policiales y militares de la corona marroquí, forman parte
de un accionar cotidiano en Al Aiun, Dhalak y otros distritos del territorio
que en el pasado era colonia española.
En relación al Mundo Árabe, y los
problemas de los que debieron transmigrar involuntariamente de sus hogares, se ha
constituido en una dinámica que ha
afectado las zonas que van desde el extremo poniente el Magreb hasta el golfo Árabe.
El dolor de los saharauis, está en
sintonía con el que afecta a las poblaciones también de origen árabe del cuerno
de África, en Somalia, donde la intolerancia religiosa es el mejor pretexto
para construir un proyecto de poder que termina cercenando el país en tres
pedazos, generando un éxodo que alarma a los organismos internacionales.
Como ocurre en regiones árabes en el
continente africano, la intención de alimentar luchas interreligiosas e
interétnicas, también forma parte de la hoja de ruta en el Creciente Fértil
(Oriente Medio). Como de costumbre una planificación diseñada por actores
externos, pero ajustada a una complicidad de agentes nativos.
Datos angustiantes nos marcan la
existencia de más de 4.500.000 personas que conforman una verdadera diáspora o exilio forzoso, que
tiene como epicentro a Siria e Irak. Poblaciones huyendo de las crisis
internas, frecuentemente alimentadas por
estrategias foráneas que dan lugar a verdaderas guerras fratricidas, involucrando
en ambos países a casi 3.800.000 de los llamados refugiados internos:
colectivos que deben merodear de un sitio a otro en busca de seguridad.
En todo este relevamiento no puede quedar
ausente el registro que acredita a los
palestinos, como uno de los caso más trascendentes en la cuestión de los refugiados.
Desde 1948 la población de Palestina
viene soportando la Nakba, la
tragedia. Una triste vivencia que a lo largo de más de seis décadas, la ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados) vio estampado datos en sus registros,
ubicando a los palestinos en uno de los primeros lugares, en la larga lista de los pueblos que padecen las
injusticias de no poder vivir en sus tierras. Un derecho inalienable que es
bloqueado, en el caso de los árabes palestinos, por la intransigencia del
sionismo y su engendro el estado artificial que conocemos con el nombre de
Israel.
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